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Comparación entre camiones BEV y camiones de hidrógeno:

El futuro del transporte de mercancías respetuoso con el clima

La industria del transporte se enfrenta a un cambio de paradigma. Ante los apremiantes objetivos climáticos y la necesidad de reducir las emisiones de CO2, dos tecnologías prometedoras están pasando a primer plano: los camiones eléctricos de batería (camiones BEV) y los camiones propulsados por hidrógeno (camiones FCEV). Ambas tecnologías ofrecen soluciones para el transporte de mercancías con cero emisiones, pero ¿cuál es la mejor opción?

Eficiencia energética: BEV frente a hidrógeno

Los camiones BEV son claramente líderes en eficiencia energética. Con una eficiencia del 85-90% desde la red eléctrica hasta la rueda, utilizan la energía disponible de forma extremadamente eficiente. Los camiones de hidrógeno están en desventaja: Con una eficiencia global de sólo el 30-40% debido a la tecnología de electrólisis y pilas de combustible de altas pérdidas, consumen mucha más energía. En regiones con electricidad verde, la ventaja de eficiencia de los camiones BEV es especialmente pronunciada.

Autonomía y tiempos de carga

Durante mucho tiempo, la autonomía fue un argumento a favor de los camiones de hidrógeno, ya que pueden recorrer hasta 1.000 kilómetros por depósito y repostar en pocos minutos. Pero los últimos camiones BEV se están poniendo al día: Los fabricantes ya ofrecen modelos con autonomías de más de 600 kilómetros, y las tecnologías de recarga por megavatios podrían reducir los tiempos de carga a tan sólo 15 minutos. Para los conductores, que de todos modos tienen que hacer las pausas prescritas por la ley, una densa red de estaciones de carga puede integrar fácilmente estos tiempos de carga. Esto hará que la autonomía de los camiones BEV sea cada vez más competitiva, especialmente para el transporte regional y de larga distancia.

Infraestructura: un punto de fricción para ambas tecnologías

La infraestructura de recarga de los camiones BEV ya está mejor desarrollada que la del hidrógeno. Las redes eléctricas están disponibles y las estaciones de recarga rápida pueden integrarse con relativa facilidad. En cambio, las estaciones de repostaje de hidrógeno requieren enormes inversiones en producción, transporte y almacenamiento. Además, todavía no existe una norma uniforme para el hidrógeno: 350 bares, 750 bares o hidrógeno líquido son enfoques que compiten entre sí. Esta incertidumbre aumenta el riesgo para los operadores de gasolineras, que no pueden estar seguros de qué tecnología prevalecerá. Esto frena considerablemente la expansión de la infraestructura del hidrógeno.

Costes: comparación de funcionamiento y compra

Los costes de explotación de los camiones BEV son bajos gracias a su alta eficiencia energética y a los favorables precios de la electricidad. En cambio, la producción de hidrógeno es actualmente cara e ineficiente. Los costes de adquisición también favorecen a los camiones BEV, cada vez más asequibles gracias a las economías de escala y los avances tecnológicos. Los camiones de hidrógeno sólo podrían resultar económicamente atractivos cuando los costes marginales de la generación de electricidad se aproximen a cero, reduciendo así el coste del hidrógeno verde.

Aspectos medioambientales: Un panorama complejo

Ambas tecnologías ofrecen una reducción significativa de las emisiones de CO2, siempre que se alimenten con energías renovables. Sin embargo, los camiones BEV son más respetuosos con el medio ambiente debido a su mayor eficiencia. No obstante, no hay que olvidar el impacto medioambiental de la producción de baterías (por ejemplo, la extracción de litio y cobalto). Aunque los camiones de hidrógeno no necesitan grandes baterías, dependen de la producción de hidrógeno ecológico, que todavía no está disponible en grado suficiente.

Ámbitos de aplicación: Diferentes fuerzas

Los camiones BEV son ideales para el transporte de corta distancia y las zonas urbanas, donde el transporte silencioso y sin emisiones es crucial. Los camiones de hidrógeno muestran sus puntos fuertes en distancias largas y para el transporte pesado de mercancías, especialmente donde no hay infraestructura de recarga para BEV o donde los requisitos energéticos son especialmente altos.

El futuro del transporte de mercancías

Es probable que en el futuro coexistan ambas tecnologías. Los camiones BEV podrían dominar el transporte regional y urbano, mientras que los camiones de hidrógeno desempeñarán un papel importante en el transporte de larga distancia y en aplicaciones especializadas como el transporte pesado. El factor decisivo será la rapidez con que se desarrollen las respectivas infraestructuras y tecnologías.

Conclusión: dos tecnologías, un objetivo

La elección entre camiones BEV y de hidrógeno depende en gran medida de los requisitos específicos. Las empresas deben tener en cuenta aspectos como la autonomía, los costes, la eficiencia energética y la infraestructura a la hora de tomar su decisión. Sin embargo, una cosa está clara: ambas tecnologías son necesarias para alcanzar los objetivos climáticos y hacer sostenible el transporte de mercancías por carretera.